
Buenos días les saludo desde la región Ancash, es importante reflexionar sobre el rol de la minería en el desarrollo de los pueblos, frente a ello surge la siguiente pregunta ¿que minería?, el Perú esta marcado por proyectos mineros que confrontan la voluntad de los pueblos, proyectos mineros que afectan el agua, la salud y con ello la vida de los pobladores, proyectos que generan canon minero hoy convertido en el botín de corruptos (no hay mayor ejemplo de corrupción que todo el dinero del canon en el bolsillo de las autoridades). Se puede tener una minería que conviva con las comunidades y que acompañe el desarrollo, pues creo que si, pero para ello se requiere compromiso y voluntad de las partes Estado, Empresa y Población; con una clara mirada hacia un desarrollo compartido. Una minería moderna que coexiste con otras actividades productivas como la agricultura (existe en otros países pero requiere inversión), empresas mineras que no dan regalos para conseguir licencia social, si no que se sientan en la mesa de igual a igual con las comunidades, con información transparente y actitud de escucha; con poblaciones maduras que dejan el populismo barato de políticos que se enriquecen con el dinero de todos. Vuelvo a mencionar, es posible una Minera que acompañe el Desarrollo, creo que si, pero requiere voluntades y compromisos que hoy no los vemos.
Buenos días Ovetth. Y gracias por tu comentario!
Estoy de acuerdo contigo. Sin desmerecer el rol que ha tenido la industria en los últimos 20 años, como un generador de caja para el estado y que ha permitido reducir la pobreza en nuestro país, hoy no es suficiente. La minería debe transformarse en un motor de desarrollo y prosperidad para los territorios y regiones donde opera en primera instancia, y para ello debemos promover, como política de estado, y en consenso con todos los actores involucrados, una actividad minera moderna, inclusiva y sostenible, y para ello debemos sentarnos a la mesa todos los actores, pero con un animo constructivo y pensando más en nuestro país y las próximas generaciones, que en intereses particulares. Solo de esa forma podremos construir la minería que queremos para los próximos 30 o 50 años, es decir la mayoría de nosotros ya no la veremos, pero será un legado para nuestros hijos y nietos. Con ese espíritu podemos cimentar una industria que impulse el desarrollo territorial y mejore la calidad de vida de las personas, y que conviva de forma armoniosa con otras actividades como la agricultura y el turismo, de forma que se potencien y generen sinergias como en otros países.
Suena muy difícil y se requiere articular y consensuar con muchos actores, pero también hay cosas que podemos hacer como individuos, y que son pequeños aportes que van sumando en la dirección correcta. Lo primero, y dado que se aproximan los comicios generales, es votar por nuestros representantes en el ejecutivo y legislativo con mucha responsabilidad, escogiendo a las personas más honestas y preparadas, sin dejarnos llevar por ideologías o simpatías. Tanto a nivel nacional, regional o local, eso garantizará un uso adecuado de los recursos del canon y regalías. También, oponerse tajantemente a la actividad ilegal que tanto daño hace a nuestro medio ambiente y viola derechos humanos.
El estado tiene una gran responsabilidad, para aprovechar esta ventana de oportunidad que tenemos para poner en valor nuestros recursos, como el caso del cobre y otros minerales, en los próximos 50 años, pero también el sector privado, donde mineras y proveedores, deben sentarse a la mesa y consensuar una visión común de largo plazo y que contribuya a dejarle un mejor país a nuestros hijos.